Ejemplos de transformación a formato SMTP


Un ejemplo típico de transformación es el de los finales de línea: en SMTP se representan con los caracteres , mientras que en Unix se representan solamente con .
Otro ejemplo: algunos lectores de correo en Unix, especialmente los más antiguos, interpretan que en un buzón de mensajes la secuencia de caracteres “From ” al inicio de línea indica el inicio de un nuevo mensaje. En estos sistemas, cuando llega un mensaje que contiene esta secuencia al inicio de una línea, se añade automáticamente el carácter “>” delante de la línea, (los lectores de correo más modernos utilizan el campo Content-Length de la cabecera para saber dónde termina cada mensaje y dónde empieza el siguiente).
Por lo tanto, cuando se deben aplicar operaciones criptográficas a un mensaje, es preciso hacerlo sobre una codificación canónica que sea convertible al formato local de forma no ambigua.De este modo, si tenemos que mandar un mensaje confidencial, cifraremos la forma canónica del mensaje para que cuando el receptor la descifre pueda convertirla a su formato local. Y si tenemos que calcular un código de autenticación o una firma, lo haremos también sobre la forma canónica, para que el receptor sepa exactamente a partir de qué datos se ha generado y pueda realizar su verificación.

Cada sistema de correo seguro puede definir su codificación canónica. Por ejemplo, los sistemas basados en MIME utilizan el modelo de la especificación RFC 2049. En el correo multimedia las reglas de codificación dependen del tipo de contenido, pero en el caso de mensajes de texto, por simplicidad, lo más normal es que la codificación canónica coincida con el formato SMTP, es decir, con caracteres ASCII y con líneas acabadas en .
Por otra parte, existen agentes de correo que pueden introducir modificaciones en los mensajes para adaptarlos a sus restricciones. Algunos ejemplos son: poner a 0 el 8avo bit de cada carácter, cortar las líneas demasiado largas insertando finales de línea, eliminar los espacios en blanco al final de línea, convertir los tabuladores en secuencias de espacios, etc.
Dado que la información criptográfica constará en general de datos arbitrarios, debemos utilizar mecanismos de protección del contenido para garantizar que ninguna de estas modificaciones afectará a los mensajes seguros. Éste es el mismo problema que se planteó en el correo MIME para enviar contenidos multimedia, y la solución consiste en utilizar una codificación de transferen-cia, como puede ser la codificación “base 64”.

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Categoría: Conectividad y Redes.




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