La educación y la tecnología


Ayer venía en el auto escuchando un programa de la radio ADN. En él se comentaba el caso de la fuga de alumnos de los liceos municipales a los particulares (algo así como 326 mil alumnos en 7 años), lo cual se daba en un marco donde los puntajes obtenidos en la prueba SIMCE por los alumnos de los liceos municipales estaban muy por debajo del promedio nacional.

La primera reflexión es apuntar a la diferencia brutal que existe entre el sistema estatal y el particular, tanto a nivel de infraestructura, recursos y profesores. Pero siempre me he hecho la siguiente pregunta: ¿cuánto influirá, concretamente, un buen o mal profesor en el rendimiento integral de un alumno?

Creo que todos hemos tenido buenos y malos profesores, algunos motivados y otros que sólo iban a calentar el asiento, algunos que preparaban las clases y otros que enseñaban en base al copy/paste. Sin embargo, un punto que no deja de ser relevante es: ¿cómo puede enseñar hoy un profesor que fue formado hace 20 o 30 años con tecnología que no conoció? Si no son nativos digitales, ¿cómo aplicarán nuevas tecnologías educativas si ellos aprendieron con tiza, pizarrón y libros?

Gran parte de las personas que dirigen actualmente los destinos de Chile (política, económica, medios) pertenecen al grupo que no nació con Internet. Han conocido las nuevas tecnologías casi por osmosis y no por motivación propia (¿a quién no le ha tocado enseñarle Excel a la mamá?). Por lo tanto, ¿cómo se le puede exigir a los profesores que modernicen su forma de enseñar? ¿Cuál es el incentivo real para que ellos incorporen los avances que día a día tienen disponibles para complementar las materias que pasan? Creo que el gran desafío entonces es que la educación 2.0 incorpore de manera amigable las nuevas tecnologías y poder hacer atractivos temas que, a los mayores de 25, nos parecieron extremadamente aburridos. ¿Se imaginan utilizar YouTube para explicar procesos químicos, físicos o biológicos?

En mi opinión, la brecha social tiene su principal origen en la brecha educacional, porque es la educación la que entrega oportunidades reales de superación. Y esa brecha educacional parte por acercar a los profesores “tradicionales” a las nuevas tecnologías y verlas como un complemento a la educación formal, no como una amenaza. Quizás llegará el día donde las clases se suban a YouTube, Facebook tenga aplicaciones para hacer las pruebas en línea, los ensayos se tengan que subir a un blog o que la interacción diaria entre compañeros se de a través de Twitter. ¿Algún profesor opina lo contrario?

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Categoría: Opinión.




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