Fast Knowledge o conocimiento basura


Llevo desde hace tiempo con este post en borradores y ha sido gracias a José López, y su artículo Fast Knowledge. Twitter propicia el conocimiento basura, quien me ha animado a terminar de darle forma y publicarlo. Los hábitos de consumo de contenidos por parte de los internautas están cambiando, siendo el contenido rápido el más demandado, derivando en conocimiento basura, y la lectura en titular, la técnica más usada.

Fast Knowledge o conocimiento basura
José López comienza su post argumentando su premisa: al igual que la comida rápida (fast food) es considerada como comida basura, el conocimiento rápido (fast knowledge) también podría ser considerado como conocimiento basura.
Una rápida mirada al Fast Food o “comida basura” observamos que ésta se caracteriza por su facilidad de consumo al estar acompañado de componentes que estimulan el apetito y la sed y aditivos alimentarios que potencian el sabor y la presentación, aportando mucha grasa y pocas vitaminas y proteínas, sin olvidar un cierto prestigio social de consumo al ligada a formas de ocio juvenil. Además, el Fast Food se fundamenta en un modelo de producción y distribución caracterizado por la homogenización de todos los procesos, no hay espacio para la improvisación o las sorpresas y todo el mundo come y saborea la misma comida – en Barcelona o en Beijing-. Lo contrario al Fast Food es el Slow Food o la recuperación del placer gastronómico que proporcionan los alimentos, aprendiendo a disfrutar de la diversidad de sabores y recetas, a reconocer la variedad y a respetar el ritmo de las estaciones del año.
Aunque su artículo lo enfoca en Twitter, y en eso no estoy del todo de acuerdo ya que no depende tanto del servicio como del uso y los usuarios, creo que ha dado en el clavo. La sobreinformación está instaurando una serie de hábitos que potencian el conocimiento basura y las plataformas de consumo rápido. No es ninguna tontería que cuanto más corto sea el vídeo, más visionados completos tendrá o que un artículo largo tenga muchas menos probabilidades de ser leído que uno corto. Los contenidos llamativos y curiosos son los que más se consumen, al igual que tutoriales para salir del paso de algún problema. Todos se consumen, se comparten y se olvidan. Lo que se lee se olvida; lo que se ve se recuerda; lo que se experimenta se aprende.
Casciari, durante su aparición en Interqué, destacó algunos puntos que me llamaron la atención y en los que me vi realmente reflejado. Por un lado comentó como echaba de menos una revista física con artículos extensos, de investigación, elaborados y con un nivel de profundidad mucho mayor del que estamos acostumbrados. El segundo detalle fue en contestación a una pregunta sobre cuando entraría en Twitter, dada su elocuencia y su ingenio se hacía extraño que no hubiera entrado ya, y contestó que no le salía nada en 140 caracteres.

Mi actitud en la Red ha ido cambiando a lo largo del tiempo y eso se ha reflejado en PisitoenMadrid. Al principio sólo consumía contenidos de actualidad y generaba contenido personal. Poco a poco fui generando más contenido de actualidad y comenzaba a consumir contenido curioso pero siempre de forma rápida, superficial. Con el tiempo comencé a generar contenido de consumo fácil y a consumir contenido más elaborado, de ese que disfrutas leyendo. Ahora intendo generar tanto contenido elaborado (aunque en menor medida) como de fácil consumo, cuyo objetivo es abrir la puerta a un universo donde los lectores puedan entrar hasta el nivel de profundidad que quieran. Mis hábitos de consumo se basan en una lectura en profundidad sobre contenido elaborado y una lectura en titular para el resto.
Lectura en titular
Desde que trabajé como Communtiy Manager en Bitacoras.com empecé a ver un comportamiento que se ha extendido fuera de los agregadores sociales, donde se muestra en su máximo esplendor, al resto de plataformas de la red: la lectura en titular. Si la lectura en diagonal es una técnica que permite saber cómo se articulan las ideas en un artículo sin tener que leerlo en su totalidad, la lectura en titular consiste en exactamente lo mismo pero sólo leyendo el titular.

Siempre he usado esta técnica para filtrar los artículos interesantes, omitiendo las noticias que ya había leído en otros blogs o que realmente no me interesan por su temática, pero hoy por hoy existen muchísimos usuarios que directamente se basan en ella para luego actuar en consecuencia, por ejemplo para votar el artículo en cualquier plataforma social, compartirlo con sus contactos o lo que es peor, para opinar dejando un comentario.
Debido a esta lectura se llegan a situaciones totalmente incomprensibles como que un comentario no tenga nada que ver con el artículo, se compartan posts que van en contra de la opinión real del usuario o que un artículo llegue a portada de un agregador social aún siendo irrelevante pero teniendo un titular llamativo y polémico. Por extensión, los lectores no solamente tienen un conocimiento incompleto de las cosas sino que puede ser totalmente erróneo. Además, esta lectura se salta todo el proceso cognitivo, no se interioriza y se olvida al poco tiempo.
Dependencia de fuentes externas de conocimiento
La evolución nos ha llevado a no tener que poseer todo el conocimiento del mundo para realizar todo tipo de tareas: no hace falta saber cómo funciona un microprocesador para usar un ordenador ni cómo hacer una integral diferencial para resolverla pudiendo usar una calculadora. Pero poco a poco estamos teniendo una dependencia muy fuerte sobre las fuentes de conocimiento externas.

Ahora, cosas tan sencillas y triviales, de cultura general y similares, no las retenemos porque como podemos encontrarlas desde cualquier sitio, sólo necesitamos conexión a Internet. Ya no hacemos el esfuerzo. Podemos encontrar todo tipo de casos, desde reglas sintácticas del lenguaje hasta dudas básicas de geografía e historia.
¿Qué pensáis? ¿Creéis que el conocimiento rápido es conocimiento basura? ¿Creéis que la red está potenciando este tipo de consumo?

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Categoría: Opinión.




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